Antiguos Poemas de Juan del Mar


- ¿Y piensa escribir sobre esto?
- Sobre lo que ha pasado en Chile, NO.
- Sobre lo que ha pasado en mí, SI.
Floridor Pérez
Cartas de Prisionero


Transhumano

Hoy transhumano,
de mueca y de casi nunca lloro.

Hoy transhumano, de diez a doce
débil de andar
o harto fuerte si me da la gana.

Hoy transhumano,
me miro para adentro o de reojo
me escudriño un poco viejo
un poco niño.

Hoy transhumano me conozco
y ay cuando melancólico
me yergo entero,
me nostalgio.


El único camino del pueblo

El único camino del pueblo
que conduce al mar tan extenso
está lleno de semillas y cardenales
me siento en una piedra
y dejo caer la cabeza
mirando el suelo
cambio mi cigarro de mano en mano
y miro a lo lejos el vuelo de un pájaro.

Pienso que si mi amor
se ha resquebrajado como un espejo
ahora no soy un hombre triste
nada más que un tanto remecido
por la realidad compacta y porfiada.


Tengo una pena vieja

Tengo una pena vieja
que camina sola
como derrumbe de habitaciones.

Cuando divago por el centro de Santiago
mirando un lomo palta arrinconado
o un schop de vidrio que transpira
esta pena me mira
poniendo sus ojos sobre mis hombros
y me susurra
que este tiempo no fue mi tiempo
que cayó Lenin de cabeza
contra el cemento
que no podía ser que la gente
se arrimara a mis deseos
que los actos propios nunca son suficientes
que por lo mismo
me hice en corto plazo
pasto de siquiatras.


Trazos de la tarde

El viento remueve trazos de la tarde
por las esquinas del barrio
vacías de estanques de agua
y mis pies rozan el suelo
de veredas hinchadas vacías
como tinajas de roble tiradas
en una bodega.


Hoy recorrí el forestal

Hoy recorrí el forestal
y alrededor de la fuente de Darío
los niños jugaban con el agua
y sus madres solteras
paseaban el dulce perfume triste del fin de semana.

Dormí la tarde en el parque
y al despertar a regañadientes
se escuchaba una guitarra eléctrica
que daba mil aullidos
mientras un hombre de voz ronca
leía en voz alta algunos versos
en la fuente de soda.


Estación Central

Recorro 5 de Abril con Las Rejas.

Un árbol seco sin jardín
un gusano arrastrándose bajo el sol del verano
sin los amantes
una vereda rota atravesada por raíces
espinas locas de un arbusto
caminos de la estación.


Un ocaso

Hay un ocaso que entrelaza mis palabras
las vuelve tenues
un ocaso que estrecha mi garganta
y aprieta mi lengua al paladar
un ocaso que enrojece mi sombra
que la alarga
un ocaso de flores secas de cementerio pobre
que surca mis manos abiertas
un ocaso que porfiado
hormiguea sobre mi pecho
y hace saltar mi sangre
contra la calle.







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