
"La literatura soy yo, son estas vacilaciones, este montón de intenciones, esta sed".
29 jul 2011
La libertad soñada

21 jul 2011
Vuelo de Aguila
Soy una pequeña energía sin cuerpo, que recorre desde lo alto un puente colgante de madera, tal cual lo haría un águila (mi apellido en castellano significa águila). El río helado y caudaloso mueve una rueda de molino. Continuo bajando y entre el follaje húmedo y verde musgo, se esconde una casa antigua con ventanales brillantes que me espera hace muchos años. Ahora sigo bajando en picada como si fuese a atrapar una presa o más bien succionado por una fuerza mayor a mi propia voluntad de fugaz vuelo. Entro por la única ventana abierta de la casa y observo una mesa de vidrio ovalada, (sin dejar de tener toda la visión del puente, del río, del molino, del follaje y de la bóveda del cielo), sobre la mesa una tetera roja de loza, de esas que conteniendo agua caliente, a la vez humedecen en un vaso interior largas hojas de te, también de color rojo. Entonces, transformándome de súbito en un delgadísimo hilo de gas, penetro a la vasija caliente. La mujer sonríe sola o quizás está con otra mujer. Se sirve la taza de té y la lleva a sus labios carmín. Y así he entrado en ella por su boca que se endulza y ríe. Al comparar su rostro, que hoy veo en esta fotografía antigua y velada, con el recuerdo de la única vez que fui águila rasante, reconozco entonces a mi madre.
9 jul 2011
Facundo

Fesal Chain
Y yo acá entre cuatro paredes de metal
mirando a los niños correr,
atendiendo a los vecinos
esos que creen que el alimento
sólo es un triste amasijo
de harina, sal y agua;
y yo aquí hermano con radio antigua
pegada al viejo oído izquierdo
que escucha poco,
mientras te acribillaban en Guatemala;
yo acá entre cuatro paredes
con estas ganas de salir corriendo muy lejos
con un poema tuyo enarbolado,
con estas ganas de que mis lágrimas
fuesen compartidas o acaso mi mirada vidriosa,
pensando que siempre fue mentira malparida
de que no fuiste de ninguna parte
o que no tenías porvenir, hermano;
pensando callado en mi kiosco
que tu canto me hace estar tirado en la arena,
o en bicicleta perseguir a Graciela
o como un niño boca arriba
mirando mi breve cielo en el trigal;
pensando tan apenado, que gracias a ti
me puedo mojar los pies en el mar azul
de mi libertad esquiva,
aún cuando está irremediablemente
a kilometros y kilómetros de distancia;
pensando en ti Facundo,
hermano
hermano
que nos hiciste sentir tan hondo,
que la felicidad temblorosa para nosotros,
los que creemos que el pan
es sólo un alimento más,
debe ser y será siempre
nuestro único y humilde
color de identidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)