poesía para alentar coraje
"La literatura soy yo, son estas vacilaciones, este montón de intenciones, esta sed".
6 feb 2023
Rodeado de muertos
31 ene 2023
Pata de gallina
Hubo un tiempo
en que perdí todo
vida y fulgor
pasado y horizonte
el tiempo del gusano
de la raíz del árbol muerto
arrugada como pata de gallina
sobre el concreto caliente.
Eso ya pasó hace mucho,
pero lo recuerdo.
23 ene 2023
El pasadocaquismo
Fesal Chain
Una de las características esenciales de la chilenidad es lo que podríamos llamar el pasadocaquismo. Es decir, hay mucha gente pasada a caca, que según la definición popular es engreimiento.
Pero este fenómeno social, es algo más complejo aún que el orgullo excesivo por las cualidades o actos propios. Es una mixtura entre esto último y el egotismo o sentimiento exagerado de la personalidad. Así el pasadocaquismo sería un trastorno narcisista de la trascendencia personal, donde la o el sujeto en cuestión, cree que cada acto acometido e incluso la mera opinión, tienen una enorme importancia en tanto que tal y en especial para los demás, al punto de ser una herencia transformadora inconmensurable.
De este modo, el trabajo elegido, una experiencia callejera o familiar, la presencia en el mundo virtual, una comida, o una pose fijada en imágenes, se convierten en un legado cultural para las actuales y futuras generaciones. Para qué hablar de una frase supuestamente ingeniosa. Esa, estaría destinada a ser esculpida en mármol o fijada en una placa de bronce para la posteridad.
Lo anterior, sin dejar de considerar que tal disposición se transforma en, o quizás es causa de un sentimiento de inmortalidad. Pues el que sabe que la muerte es ineluctable, dimensiona su existencia y está consciente que sus acciones, opiniones e incluso algunas obras, no son más que modos de darle un sentido a su propia vida. En cambio, quien sufre de pasadocaquismo, inconsciente de su finitud y límites, está convencido que es y será un ejemplo para toda la triste y vasta humanidad, que sin él o ella el prójimo no tendría más que una vida sin vuelo, sin esperanzas y sin sueños.
Porque bien se sabe que la mierda perdura por los siglos de los siglos, tiene alas y planea entre los soplos del Olimpo como ave de carroña y entre aquellos que la moldean cual becerro infecto elevado a los altares.
17 ene 2023
Travesuras heredadas y nunca logradas
Fesal Chain
especial para SITIOCERO
Mi primera experiencia impactante con la música, que me sacó de un orden externo y rutinario fue El vuelo del moscardón de Rimsky-Korsakov. Mi padre ponía las cintas en una reproductora UHER, diciéndome: fíjate, es un moscardón. Era 1972 y a mis seis años ver desde las flautas traversas al insecto y sus movimientos circulares alrededor de mi cara, fue la apertura a la imaginación desplegada. Esa misma que crea mundos propios, cerrados y que a mi padre le producía una contradicción vital. Me había educado en el ensueño sin saberlo y cada vez que yo lo ponía en movimiento me miraba contrariado. Habrá pensado: este niño se nos irá, para no volver.
Dos años después, en marzo de 1974 para ser preciso, en un colegio enorme y aún más para un niño de ocho, escapé de las salas por un camino de tierra y subí la precordillera de Santiago. Subí, subí, subí y llegué a una laguna entre los cerros donde mujeres y hombres jóvenes se bañaban y reían. “Miren al cabro chico” dijeron y entonces me saqué la ropa y me hundí con ellos en el agua como en un bautismo. Pasada la mañana al bajar, escuché en unas grandes bocinas Rapsodia Bohemia de Queen, quedándome parado en medio del desierto, rodeado de gravilla, carbón vegetal y raíces secas, tan sorprendido como cuando oía el moscardón en el lluvioso Temuco de antes del golpe. “Mama uh uh uh uuuhhh/didn’t mean to make you cry”. Y vi imágenes difuminadas de mi madre a través de los árboles, entre la brisa ardiente, mientras aquel polvo en el viento se me metía en los ojos.
Tres años más tarde, en 1977, caminando solo bajo el sol del verano en aquella villa militar ahogante de la ciudad amurallada, volví a escuchar una melodía que me recordó en su voz rasposa a Mammy Blue de los Pop Tops de principios de la década. Era I Put Spell on You por Creedence. Al acercarme a la ventana desde donde salían aullidos y guitarras, encontré una muchacha desnuda que bailaba mientras se arreglaba un cintillo de flores. Avergonzado giré sobre mi mismo, dándole la espalda, como si eso pudiese evitar que notara que la había estado mirando, sin embargo justo en el momento de mi giro, ella me sonrió como diciéndome: no te preocupes, te esperaba para que tus ojos me descubrieran.
En 1980, un poco antes de mi salida abrupta al entorno brutal del país bárbaro, iba en el auto con mi padre cuando sonó en la radio Los Momentos de Los Blops, entonces todos los sucesos cobraron sentido. Escuchar el “nos hablaron una vez cuando niños,/ cuando la vida se muestra entera,/ que el futuro, que cuando grandes…/y ahí murieron ya los momentos”, me hizo sentir que lo que vendría no sería más que la vida gastándose, escapando en temblores por mi cuerpo. Supe en aquel momento que ni el Moscardón, ni Mammy Blue, ni la Rapsodia, ni I put spell, que ni siquiera Los Momentos me pertenecían, que eran meros reflejos de otros tiempos y sueños, herencia ilusoria para mi desesperada marcha hacia el futuro.
16 ene 2023
Aquel día
6 ene 2023
La vida
2 ene 2023
Todo puede pasar
14 nov 2022
La tierra
30 oct 2022
26 sept 2022
De nuevo
1 jul 2022
28 jun 2022
Palabras
Qué son estas palabras articuladas
19 jun 2022
Carta abierta para el Tío Valentín
Fesal Chain, especial para SITIOCERO
Querido Tío Valentín:
Hoy soy un hombre de 55 años, escritor de oficio, que nació entre gallos y medianoche a mediados de la década del sesenta. Pero como todos, fui un niño de ojos mágicos y sueños, que se entremezclaban con el mundo a veces tan duro que nos ha tocado vivir.
Yo era del sur, nací en Villarrica y luego viví en Temuco, y en esos pueblos, (porque en esa época de la Unidad Popular, eran pueblos), llegaba un solo canal de televisión y más encima con señal diferida, TVN. El canal nacional, recién inaugurado en 1970. Recuerdo muy bien dos programas, a lo sumo tres: Buenas Tardes Mirella, con Mirella Latorre; Las Calles de San Francisco, que daban al atardecer y bueno, el más importante para alguien que solo tenía 6 años, Pin Pon.
Ver a un hombre tan cariñoso tocando el piano, junto a un muñeco que vivía en una cajita, (oh, y que a veces salía de ella) era una realidad maravillosa. Sobre todo para nosotros, niños de lugares lejanos, para los que nuestra cotidianidad era ver caer la lluvia desde el ventanal, chapotear en las pozas de agua, o pisar la escarcha como espejo plomo y craquelado que se formaba en las mañanas.
Tío, este texto es con toda sinceridad, aquella carta que por no tener la dirección, no pude mandarle desde mi pueblo húmedo a aquella ciudad tan lejana y mítica donde usted tocaba sus melodías. A propósito, durante un verano lo vi en Valparaíso, en el Parque Cultural. Estaba yo vendiendo libros, pues sabrá que un artista siempre debe pelearle a la vida, y usted pasó caminando al Anfiteatro. Y en vez de saludarlo, resulta que me convertí de nuevo en un niño pudoroso. No me atreví a acercarme, ni menos darle el abrazo que le debía durante tantas décadas. Me quedé observándolo tímido, tal cual lo veía tocar el piano junto a Pin Pon. El que se lavaba la carita con agua y con jabón, y que nos enseñó que había que tener método, método, método. Bueno, hoy me baño más que en la infancia y soy más sistemático que en la juventud, y sepa que no fue en absoluto gracias a los uniformes grises que llegaron después, ni a las largas jornadas del colegio o de la Universidad. Fue gracias a un pianista bonachón y al niño de algodón, mis amigos, que me legaron la emoción palpitante de que siempre es posible aprender y crear nuevos mundos, con imaginación y en libertad, en plena y entera libertad.
Querido Valentín, vayan estas breves palabras como homenaje. Que usted más que un pianista, fue para nuestra generación, el tío con el que salíamos a recorrer de la mano las calles reales e imaginarias, descubriendo recodos en los sonidos, o inventando laberintos, nubes y pájaros, muchos pero muchos pájaros que volaban a nuestro alrededor. Y ojalá gane el Premio Nacional de Música, que al menos para mí, es muy pequeño comparado con todo lo que nos regaló con tanto amor. Porque, aunque suene un poco cursi, y aun cuando no soy creyente, usted no necesita reconocimientos, pues ya se ganó el alma de Chile y el cielo, ese cielo en la tierra por el que tantos y tantas luchamos desde hace siglos, y del cual usted fue, es y será siempre un delicado constructor.
Valparaíso, 2022.
13 jun 2022
Aquella fotografía
2 may 2022
Un muerto
23 abr 2022
Pero viajaría a Las Cruces
Fesal Chain
22 abr 2022
Prometo
Fesal Chain
Yo les prometo
esto y lo otro
pues no deben estar solos
hijitos e hijitas mías
por eso
también les prometo
lo de allá lo de acá
y lo de acullá
pues nadie debe estar transido
entre la intemperie
y la muralla
hijitos e hijitas mías:
Nunc igitur maledictus eris.
8 mar 2022
Mi padre y la muerte de Iván Ilich
Fesal Chain especial para SITIOCERO
Unos meses antes de morir, mi padre me regaló buena parte de su
biblioteca. Cuando abrí las cajas, coincidió con su hospitalización por
COVID, enfermedad que lo tuvo casi dos meses en el hospital y de la cual
salió muy debilitado. Los libros eran al menos de tres tipos:
colecciones de mi infancia; casi todos los de él, que yo hojeaba desde
niño o que observaba con relativa obsesión, y parte de aquellos que yo
le había regalado con una dedicatoria. Cuando por fin los saqué para
ordenarlos en una biblioteca que mandé a hacer especialmente, él estaba
hospitalizado por segunda vez. Al observarlos con detención, me puse a
llorar. Era evidente que su selección no fue al azar, sino una sentida y
delicada despedida...
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2 ene 2022
Tú, que sabes quien soy
que mis dos redondos ojos sean como los del ave del nunca más.
Que mi instinto cual lobo salté en la nieve, presa de sangre
devuélveme el anillo de oro de Ictino, con el indio remando
en los mundos de Tiwanaku.
muéstrame el blanco de tus ojos
y permite se haga mi voluntad.
29 dic 2021
El partido de Recabarren
por Álvaro Ramis para El Mostrador en https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2021/12/29/el-partido-de-recabarren/
El anticomunismo posee una larga y fuerte tradición en Chile, alimentado por mitos y mentiras que anidan en el inconsciente colectivo del país, luego de décadas de feroz propaganda unilateral. El gobierno de Apruebo Dignidad deberá lidiar con estos fantasmas y desmontar una subjetividad que criminalizó a la militancia del Partido Comunista desde el momento mismo de su fundación. En muchas ocasiones me ha tocado trabajar y construir junto a militantes del PC, y por eso creo que es importante empezar a romper los estereotipos que solo reflejan ignorancia y prejuicio.
Pocas veces se analiza la capacidad del PC chileno de sobrevivir y reconstruirse una y otra vez, a pesar de las innumerables persecuciones y adversidades que ha vivido en su historia. Recordemos que los partidos comunistas en el mundo se pueden dividir, de forma simple, en tres grupos: los partidos que participaron del antiguo campo soviético y que, con la excepción de Cuba, prácticamente desaparecieron luego de 1990. Un segundo conjunto son los partidos comunistas de Asia, que han tenido un desarrollo en dos líneas: los que gobiernan, de forma diversa, pero bajo un sistema de partido único como en China, Laos, Vietnam, Corea del Norte; y otros que se han integrado con éxito al sistema pluripartidista como en la India, Nepal y Japón. Un tercer conjunto son los partidos comunistas occidentales. Estos partidos, presentes en Europa y América Latina, en muy pocas ocasiones han logrado participar de los gobiernos nacionales y cuando lo han hecho siempre han concurrido en coalición con partidos socialistas u otras corrientes de izquierda. Sin embargo, los partidos comunistas occidentales han acumulado una larga historia de gobiernos a nivel municipal y regional, con éxitos muy notables en Italia, Francia, España, Brasil, Austria, etc.
El Partido Comunista de Chile se debe analizar en este tercer grupo de partidos. Se trata de una tradición política que invariablemente ha participado de los procesos democráticos e institucionales de manera impecable, aportando a los cambios, especialmente desde 1945 a la fecha. Sin embargo, esta situación no ha llegado al presente en todos los países. Partidos tan importantes como el PC italiano y el holandés se reconvirtieron en organizaciones totalmente nuevas, y otros, como el PC de Francia, se han visto muy disminuidos. En otros casos se han subsumido en alianzas exitosas, como el PC español en Unidas Podemos, o participan de coaliciones con los socialistas, como en Portugal.
En América Latina, el PC chileno siempre fue una organización singular. Los intelectuales europeos a inicios del siglo XX siempre esperaron que los comunistas crecieran en Argentina o en Brasil, dada su mayor industrialización relativa. Pero fenómenos populistas como el peronismo o el varguismo impidieron ese proceso. Chile no fue el país donde los teóricos de la II y la III internacional pusieron sus ojos. Pero fue acá donde germinó un Partido Comunista auténticamente local, enraizado en la tradición y cultura asociativa de nuestro país.
Este fenómeno no se explica sin estudiar la figura excepcional de Luis Emilio Recabarren. El PC de Chile es ante todo fruto de su personalidad y el complejo sistema cultural que germinó en su entorno, y el tipo de gente que le acompañó en ello. Recordemos que Recabarren fundó el Partido Obrero Socialista (POS) en 1912, retomando corrientes del antiguo partido democrático, pero generando algo totalmente nuevo, en el duro y castigado mundo de las salitreras del norte. La cultura minera, organizada bajo un sistema muy parecido al inquilinaje de la zona central, permitió aplicar a Chile las mejores prácticas de la tradición obrera socialista europea. Esta idea consistía en formar un mundo asociativo “paralelo”, autónomo, construido por los obreros y para los obreros: periódicos, clubes deportivos, asociaciones culturales y artísticas, escuelas, cajas de montepío y de asistencia sanitaria, las primeras mutuales de seguridad, colonias de veraneo, y más adelante radios, revistas, asociaciones de fomento productivo, artesanal, etc. Un complejo entramado social que acompañaba desde la cuna a la tumba, basado en la autogestión de las organizaciones sindicales y mutualistas.
Cuando Recabarren decide adherir a los criterios de la III Internacional en 1922, y redenomina al POS como Partido Comunista, de alguna forma renuncia a mantener esta estrategia como un eje central de su nuevo partido. Pero es evidente que la impronta original del POS nunca ha abandonado al PC de Chile. Y creo que este factor, este gen social del primer Recabarren, ha sido un elemento diferenciador en su desarrollo y un elemento que le enraizó en nuestra sociedad y que le ha permitido regenerarse luego de las más duras persecuciones y crisis que ha debido enfrentar.
Para entender al PC chileno es necesario leer los cuentos de José Miguel Varas, que retratan su cotidianidad interna: el heroísmo anónimo de Juan Chacón Corona o Sola Sierra, las miopías políticas de sus dirigentes, especialmente en política internacional, pero también sus grandezas sobrecogedoras, como las de la dirección clandestina de 1976, diezmada en la calle Conferencia. Las contradicciones entre un progresismo valórico declarado en público y un conservadurismo practicado en lo interno. La disciplina y la lealtad a Allende, y la dureza en el trato a su propia militancia. El PC de Chile es parte esencial de la historia misma de Chile, y en su trayectoria se refleja lo bueno y lo malo de nuestro pueblo. Es parte esencial de nuestra historia y Chile no sería el mismo sin él.
El gobierno de Apruebo Dignidad, con el PC en el centro de su proyecto, no hace más que normalizar lo que siempre hemos visto en nuestras organizaciones sociales, culturales, territoriales, donde la militancia del PC ha estado siempre presente y nadie se alarma ni asusta por ello. El partido de Recabarren no es infalible, ni menos intachable. Pero es una fuerza transformadora que seguramente dará lo mejor de sí, en un momento clave de nuestra historia.