El estallido y la mínima comprensión desde el estudio del mundo social

Fesal Chain 

Desde la perspectiva del análisis del mundo social decir "no creo que hoy existan las condiciones para un nuevo estallido social", es como para un meteorólogo decir que aún cuando haya vapor de agua, aire fresco de la atmósfera y nubes, no creo que llueva. En primer lugar, si existe vapor de agua aire y nubes siempre está la posibilidad de lluvia y en segundo lugar, la creencia particular de alguien frente a una realidad como entorno, ciertamente no define la posibilidad de lluvia. También puede que suceda una gran tormenta, inundaciones y aludes. 

Dicho de otro modo, los componentes siempre presentes como entorno e incluso su correlación, siempre plantean la posibilidad de la ocurrencia de un fenómeno. Pero además tiene que haber un acto o variable determinante que frente a esos componentes desencadene un fenómeno cualitativamente distinto. Más allá de una creencia particular. 

José María Bulnes, mi profesor de Ciencia Política, nos daba el ejemplo de toda una localidad o pueblo tratando de sacar un camión de una zanja. Llevaban días completos empujándolo, poniendo maderas en las ruedas, sacando el barro más líquido. Y de repente un niño que no había estado presente en los esfuerzos, se afirmó en el vehículo y este salió del atolladero. Es evidente que no fue el niño quien sacó el camión, sino que a la masiva fuerza ejercida sobre él, le faltaba justamente la proporción de la fuerza del niño. Un pequeño esfuerzo. 

La pregunta entonces no es si existen tales o cuáles componentes sociales para un estallido, puesto que hasta ahora han sido permanentes: insatisfacción y malestar frente a la evidente carencia y falta casi total de respuestas. Es bastante claro que la desaparición del estallido no es la desaparición del malestar y la insatisfacción. La pregunta entonces es, cuál sería la proporción de fuerza que falta para que estos componentes sociales y su correlación se transformen en un fenómeno que se desencadena. La respuesta nadie la sabe. Ni cuándo ni que tipo de acto o variable interviniente puede generar una convulsión social y sus derivados superiores o sus frenos. Lo que a estas alturas del conocimiento social real sí es posible afirmar, es que siempre es probable que aparezca un niño.