Garrincha
Hoy anduve
vendiendo libros en la calle
es dura la calle decía
un poeta del puerto
pero los vendí,
entonces ahí entre la venta y el colectivo
una empanada de queso
un choripán con cebolla acaramelada
y partir a la casa
donde pensando en ti amor
en mi vuelta y en tu vestido y una flor
me encontré con la noticia
que el cuerpo de Garrincha
había desaparecido para siempre
del cementerio donde estaba enterrado,
pero no de mis piernas chuecas de niño
dribleando pelota vieja,
pero no de mi alma
cuando él llevaba la esférica
pegada al pie como una lapa,
pero no de mis sueños
cuando riéndome a carcajadas
saltaba y gritaba gol
como en una danza africana.
