Pero viajaría a Las Cruces
Fesal Chain
“Ahora que de nuevo nos envuelve el invierno”
y Nicanor está muerto
y enterrado
me han dado ganas de ir a visitarlo,
qué cosas tiene la vida
cuando jamás tuve alguna intención de conocerlo.
Pero viajaría a Las Cruces
en el destartalado bus interurbano
para mirar el mar
desde el viejo castillo quemado,
porque allí padre, en las vigas al aire,
en el mar
o en ese rostro de ídolo azteca
está tu rostro
y el de tu amigo Leonidas Morales,
con el que caminabas
por las húmedas calles de Linares.
Tiempos de Nietzsche, Kant
o Schopenhauer
volando sobre los pedruscos negros
y los cuarteados zapatos escolares,
(entre las grietas de las casas de adobe
aun no aparecía Marx
ni Allende
ni Enríquez
ni el llanto).
Mi amigo, mi amigo querido
de los tiempos del Liceo
me dijo Morales cuando hablé con él,
pocos meses antes de su muerte
pocos meses antes de tu muerte
y cuando ya el viejo Parra
se burlaba del mundo bajo tierra.