Los estranguladores de Chile


Wenceslao Roces
1973
 
“Hay muchas maneras de matar y, en esos menesteres, sí son maestros los estranguladores de Chile. Se acerca, como bestia acorralada, a un hombre clavado en la cama por la enfermedad. Se le aísla, con una barrera de fuego, de toda ayuda. Se cortan todos los hilos que le unen a la vida. Sólo se le deja abierto, en su agonía, un atroz ventanal para que por él le llegue, como letal veneno, la imagen espantosa del suplicio de su patria, la vesánica destrucción de cuanto él amaba. El verdugo se disfraza de camillero. El refinado homicidio y la tortura se envuelven en los colores inocentes de una muerte natural. ¡No! A Pablo Neruda, como a Salvador Allende, como a tantos otros millares de hijos valerosos de su pueblo, lo habéis asesinado. ¡Lo habéis asesinado! Pablo nos fue arrebatado por la bestia en las horas finales del domingo 23 de septiembre de este año de desgracia de 1973. La historia de la Revolución Rusa nos habla del ‘domingo negro y sangriento’ de 1905. Para Chile, para México, para América y para el mundo, éste también fue otro domingo negro. Pero tras la noche tenebrosa vendrá también en este continente el amanecer radiante de la libertad. Y ese día, en América, en España, en todos los confines, Pablo, como su Bolívar, se erguirá de nuevo, ‘cuando despierte el pueblo’. Se levantará de la tumba de plomo en que acaba de encarcelarlo la barbarie. Y su voz, ayer llamarada de luz, hoy grito de combate, será mañana bandera de victoria".

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