El Abanico





Fesal Chain

Siempre me he preguntado, siempre, por qué he estado emplazado en medio de todo. Por qué sin buscarlo he conocido a tirios y troyanos, sus emociones y vivencias tan íntimamente, como si una fuerza espiritual o supranatural me hubiese puesto de testigo obligatorio del Chile de mi tiempo. ¿Cuál es entonces mi obligación? Ciertamente más allá de tomar partido, que dentro de mis limitaciones lo hice. Aprendí mirando y vivenciando los dos polos, que nada es blanco y negro, que el mal tiene sus laberintos y que el bien sus intersticios, que todos somos humanos, que el horror, el error, la bondad, la risa y el llanto nos pertenecen a todos por igual aún cuando en la historia material todo ello aparezca efectivamente en trincheras tan bien delimitadas, casi como una caricatura universal. ¿No hubiese sido más fácil para mí no conocer el abanico?

Entradas populares