Sin falsas esperanzas, sin resentimientos



Fesal Chain


Creo firmemente en eso de "dejar de remar en contra de la corriente y disfrutar remar en el sentido propio" , como lo afirmó alguna vez mi amigo Mauricio Tolosa, solo así se encuentra uno con los propios, por lo demás. Con los que hacen y piensan en proyectos concretos, con el mismo sustrato ético y comunitario en el que uno cree. Pues eso que decía Antonin Artaud, de que vociferar mucho aquello que se sabe bien no se hará, es muy propio de un mundo reaccionario tanto de izquierdas como de derechas, y yo de todo eso me cansé, pues cuando luché en contra de "los otros", muchos luchaban sólo a favor de sí mismos no más, y no a favor mío también, como yo sí lo hice desde cierta ingenuidad.

Y de verdad, disculpen ponerme como ejemplo, pero yo no requería "personalmente" luchar contra la dictadura, me lo impelía desesperada mi conciencia y el dolor de los demás, pues a mi me dolía el dolor de mis compatriotas y perfectamente me podría haber hecho el huevón, lo que sí, y lo digo sin una pizca de resentimiento, sino con algo de pena aún y como diagnóstico: ¡¡ por dios que se hicieron los huevones conmigo cuando yo requerí la misma ayuda que alguna vez yo di!! (que ciertamente no la di esperando algo a cambio, la premura de los tiempos no daban para pensar aquello). Todo eso, fue un aprendizaje doloroso.

Pues saben?, mi sufrimiento mayor de todos esos años de famosa transición, fue haber pensado que por haber luchado contra la dictadura, yo pertenecía a otros y a un mundo cultural y emocional dado, y de repente verme tan solitariamente solo después, cuando necesité de mucha ayuda y solidaridad y sobre todo de compañía y comprensión de aquellos que consideré alguna vez parte de mi.

Pero ya todo ha pasado y me ha servido como experiencia, para conocer un cierta "naturaleza humana" y  para seguir adelante,  entonces me parece hoy, que tengo que encontrarme con personas con la misma ética comunitaria, más allá de que si son de izquierda o de derecha, porque lo último, de ninguna manera es garantía de nada, y menos de la existencia de esos viejos valores que aprendí en mi familia, con mi padre y mi madre: de dar más allá de mis intereses particulares, de dar en consonancia con lo que yo creo y siento y a favor de la vida, donde yo también tengo y tendré un lugar. Sin falsas esperanzas y sin los resentimientos que todo lo pudren.




Video: "Después de todo vine yo" de Joel Muñoz 2011 (R)

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