Los 50

Fesal Chain

Puta y recién a los cincuenta
uno se anda dando cuenta,
resulta entonces
que los cuarenta y nueve anteriores
sirven para eso.
Ciertas develaciones pero dolor en una pierna
qué paradoja cuando no te duele el cuerpo
te anda doliendo el alma
y cuando obtienes o logras o te viene
cierta lucidez
sientes hasta las uñas.
Caminas hacia la conciencia
con el ataúd al hombro
como el extraño personaje de un spaghetti western.
Te pones melancólico o lloras
o te ríes por nada y recuerdas a tu padre a la edad que tienes
escuchas canciones que no habrías escuchado jamás
y descubres a Lucho Gatica.
Puta, miras la casa amarilla y el palomar
quién lo diría y sin ser un viejo de mierda o verde aún
tu pupila se regocija más que la musculatura
nariz perfecta o cuello de cisne
o que sé yo
piernas.
Ya sabes de donde vienes,
lo que no hiciste y lo que hiciste
lo que jamás podrás lograr
y lo que te resta por obligación ontogénica.
Y sobretodo, sobretodo
ya sabes adonde vas
camino de mortal perfección
en plena conciencia.


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