Cuando me encontré
La paradoja
es simple
si te ves siempre
cara a cara con tu cara
si te saludas soberbio
orgulloso de tus gestos
y vuelan en la página
de tu insuflado cerebro
las palabras
si es poza de agua de Narciso
tu espejo de mañanas
no te encuentras
no te encuentras nunca.
Si tirita de frío tu espina dorsal
y a cada minuto del día
un llanto se encoje
por no llorar
cuando ves
la alegria de la vida
y el dolor humano y sus cotidianas
entonces te encuentras
te vuelves a mirar
te encuentras pleno
por amar.