Trabajadores de mi patria



Fesal Chaín

La bandera de Chile esconde al cuerpo muerto
al tiznado de ayer, al cercenado de ayer
al hambreado de ayer y al desaparecido
en socavones y túneles, al que necesita hundirse siempre
bajos rocas y tierrales, para llenarse la boca cariada de tallarines
y de alcohol, mientras los perros falderos de la política
y de los medios de comunicación de masas, aliados al mercanchifle
y al burgués fascista o democrático, sonsacan el llanto avergonzado
de los pobres y desnudan la pequeña vida íntima del triste proletario.

La bandera de Chile, esconde entonces la historia social de la patria
como las familias pechoñas silencian el cuerpo del hijo homosexual
en la buhardilla de la casa. Ellos, ellos, los burgueses los enterraron
70 días y sus noches y ellos, ellos, los burgueses y su personal de turno,
tecnócratas, funcionarios públicos y empleados los desentierran.

Así pueden celebrar los ricachones en la mesa común
del cínismo y la desvergüenza, su pretendida magnánima gesta
y humanismo: los Frei Ruiz Tagle, los Piñera Echeñique, los Aylwin,
los Matte Larraín, los Lagos Escobar, los Kast, los Bachelet,
los Lucksic Abaroa, los Cruzat Infante, los Saieh Bendeck ,
los Gálmez Couso, los Larraín Peña, los Garretón Purcell ,
los Cariola Barroilhet, los Büchi Buc, los Edwards Eastman ,
los Paulmann, los Philippi, los Bezanilla Saavedra, los Zaldívar
los Larraín, los Irarrázaval, los Estévez y los Krauss,
los Briones Gorostiaga, los Angelini Fabbri, los Said Saffie,
los Claro Valdés, los Solari Magnasco, los Hurtado Ruiz Tagle,
los Hurtado Vicuña, los Orrego Larraín, los Lyon y los Ravinet,
los Yuraszeck y los Cáceres Contreras,
los advenedizos Poduje y los Selume,
los de Castro y los Ponce Lerou.

La bandera de Chile esconde al cuerpo muerto
al tiznado de ayer, al cercenado de ayer
al hambreado de ayer y al desaparecido
en socavones y túneles
al que necesita hundirse siempre bajos rocas y tierrales
para llenarse la boca cariada de tallarines y de alcohol
mientras los politicastros lamebotas y lamedólares
y los periodistuchos estúpidos e ignorantes
todos ellos inmorales, faranduleros, mayordomos de cuarta
vuelven a sonsacar el llanto avergonzado del pobre
y a desnudar la pequeña vida íntima del triste proletario.

Pero yo, poeta anónimo sin descanso
vengo a hablar por vuestra boca amordazada
por el barullo del negocio y las encuestas,
y a sacarlos de la mesa de los príncipes
para erguirlos, trabajadores de mi patria
en el lugar de la dignidad y la decencia.

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