Esta era y es la vida: Santiago Nattino, Manuel Guerrero y Jose Manuel Parada

Ayer uno
A fines de marzo de 1985 yo tenía recién 18 años y había entrado a la carrera de Pedadogía en Castellano en la Universidad Católica de Valparaíso, vivía en una pensión y en mi pieza tenía un poster de una niña y una mariposa que decia Sublevación Nacional, y entonces el redoble de Cooperativa, la voz de Sergio Campos, Quilicura, fundo El Retiro, ustedes comprenderán, yo sólo tenía 18, sentí un escalofrío por toda mi espalda, calor en mi cara, exploté en llanto, escribí un poema que ya no tengo, al otro día decidí cambiar de rumbo, ya no me importaba demasiado si Rayuela, o si un verso, o si la Maga o Rocamadour. Entré a la sede de la Federación, con mi propia sublevación a cuestas.

Ayer dos
No soy realmente de los que se quedan en el pasado, para mi la vida siempre es presente de presentes, pues hay golpes en el recorrido de uno, que son, como dice Vallejo, como del odio de Dios. Me refiero a cuestiones personales, entonces si uno sobrevive a todo ello, mira y construye la vida como nacido de nuevo y no se queda atrás. Pero lo de José Manuel, Manuel y Santiago, a mi me quedó marcado como un timbre en el cerebro, y prefiero que sea así, que nunca olvide aquello, que nunca olvide esos tiempos también, austeros, simples, llanos, de camisas blancas, de bluyines, de zapatones, de juntarse en el patio de la casa a conversar un vino o un café. Siempre me recuerdo de un amigo que tenía grandes responsabilidades en la lucha contra la dictadura, enormes diría yo, secretamente enormes pero que a pesar de ello, siempre se daba el tiempo para conversar, reir, escuchar música, tenía la misma edad de José Manuel y de Manuel, los conocía, y además pertenecía al mismo partido, y yo era un adolescente aprendiendo valor y valores. De haber triunfados todos y especialmente con ellos, con esos hombres y mujeres de mirada diáfana y fina estampa, estaríamos comiendo hoy en la misma mesa, y no dudo, en el mismo patio interior del viejo barrio Matta, austeros, simples, llanos, de camisas blancas, de bluyines, de zapatones, conversando un vino o un café.... Ese pasado yo lo quisiera en este presente de presentes.





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