Cuatro Cantos para mi hijo

1
Hijo
se estremece la vida
en tu corazón que late
a fuerza
de amar y correr,
hijo
con tu mano tomando el lápiz
con tu boca besos rojos y nuevos
a tu amor de madrugada
hijo con tu estatura
tan dispuesta
y tu risa volando
en la calle y en las plazas
en la escuela y en las
breves jornadas
de la muchachada en marcha,
hijo
con tu avidez de conocimientos
de exploración y de sueños.

2
Divagaba, caminando, pensando en ti
y pedía en silencio
que en tu camino encuentres
sólo experiencias y victorias
sólo experiencias y derrotas
sólo experiencias y alegrías
sólo experiencia y humanos breves dolores.
3
Pero hijo cuando esta tarde supe
que la maldita boca de fuego
apretó tu sien de tornasoles
se me heló la sangre
un hormigueo recorrió mi nuca
y el invierno entero abrazó mi espina dorsal,
hijo
que nada te aparte de la vida, nada
y recuerda que si yo hubiera estado ahí
habría tomado el puño de metal que ha vuelto
haciéndolo volver sobre su cara
y el perro, el verdugo
se habría tenido que tragar
la pólvora y su lengua
se habría tenido que comer los ojos crudos
y aullar en su propia celda.

4
Hijo mi hijo tan querido
vida y latidos de mi vida
amado de solfeos y tormentas
vuelvo a divagar conmigo mismo
y en silencio siempre pido
que en tu camino encuentres
sólo experiencias y victorias
sólo experiencias y derrotas
sólo experiencias y placeres
sólo experiencia y humanos breves dolores.


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