Un tal Robert Allen

Fesal Chain

En esta casa que casi siempre anda mal de la cabeza
se ha sentado de nuevo en mi mesa el tal Robert Allen,
le comento sobre un mundo de paz y él me vomita
que no hay política,
entonces maldigo y él carcajea cerrando un ojo y con los codos sobre la mesa
me pregunta qué tanto me preocupa todo
que ya deje de hablar de miserias
que abandone los libros, en especial ese que tienes ahí muchacho
el del tal Malraux,
que no importan las tumbas ni los rufianes
ni los excéntricos o los delatores
ni el cómo deberían ser las cosas, deberían, deberían
estás atiborrado de deberes muchacho
no hay política y a ti te han estropeado la cabeza
me dice,
yo entonces pierdo la calma, aunque nunca la he tenido
y hablo de principios con el brazo en alto
con la palma sobre todo el rostro
de Robert Allen,
bah, bah no hay política me repite burlón
aunque la tierra esté baldía o plagada de pobreza
y me pregunta ¿qué eso de los cambios?
también existe la vaciedad sagrada ¿acaso no lo sabes?
sí, la santidad vacía muchacho,
y tu casa está sucia
tu pieza apesta
tu entrada se derrumba
y la sangre de los animales muertos
se está secando en la ladera del cerro,
yo le digo que nada es perfecto
y el me retruca que no hay política.


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