Sociedades secretas



Fesal Chain


  • En mi barrio viejas solteronas de piel transparente le extraen energías a los animales para mantenerse inmortales y perpetuarse sin sexo.
  • También viejos sin dientes se juntan en las tardes de marejada para invocar a los espíritus de los suboficiales muertos en actos de servicio.
  • Algunos niños del siglo XIX, se reunen en las noches de luna menguante, llamando con alaridos a los padrastros crueles de su primos lejanos de Orne, Calvados y Manche, habitantes fantasmales de la baja Normandía.
  • Pd: Hace muchos años tuve un sueño: yo estaba arriba de una gárgola en una torre de piedra de un castillo que daba al mar, y en la playa negra un cristo vivo de madera era crucificado por otras dos gárgolas en una tabla húmeda, restos de un naufragio.
  • En mi propia sociedad secreta, los jóvenes de 1950 a 1980 del siglo pasado, nos congregamos en el departamento 31 del desencantado del barrio, para jugar baraja española e invocar sin palabras al espíritu triste de Enrique Santos Discépolo, y terminar corriendo desenfrenados con su sombrero bajo la tormenta y la infamia.
  • Y hay una última que da frío, la de los locos del hospital, que juntan colillas de cigarros, huesos y periódicos. Cuando han acaparado lo suficiente, hacen un sahumerio en la bajada al mar, junto al acantilado de la vecina que llora, para llamarla sin voces, que baje, que baje, a bañarse desnuda junto a ellos en la playa de los muertos.

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