Carta para mis amigos y amigas

Fesal Chain

Han pasado lentos los años
pisando como paquidermos,
ladrando como zorros locos,
han pasado impuros los años
crecientes, raídos, mortuorios,
y yo anduve de nube en nube,
de tierra en tierra, de ojo en ojo,
mientras la lluvia en la frontera
caía, con el mismo traje.

Pablo Neruda

Estoy en mi casa barco, ¿dónde estas tú, acaso rodeado de tus hijos, de tus hijas, o solo tras el ventanal? ¿O reinventando diálogos con árboles y volcanes? ¿O luchando contra tus elementos? ¿O guareciéndote tras el copihue? Tengo pocas palabras hoy, secas y delgadas palabras. Durante algunos años escribí un libro sobre nuestra tragedia y nuestra vergüenza, pareciera que el texto, como un acto diabólico y premonitorio hubiese convocado al pasado. Tengo pocas y delgadas palabras. Ahí están los monstruos enseñoreándose como siempre. Aquí están los verdugos que nunca se fueron. Acá los vampiros sorbiendo nuestra sangre en el gran banquete del Rey Enano. Tengo secas y escuálidas palabras. ¿Nos veremos en algunos días, en semanas, durante ciertos meses o ya no compartiremos ninguna mesa, y acaso ya bebimos nuestro último café?

Déjame decirte esto, lo necesito como el viajero requiere un recodo en el silencio. Mis Furias son Penas, mis Gritos, los Sollozos de mi Amanecer, mis cigarros, el querer absorber desesperado hasta el último átomo que nos ronda. Mis Caminatas, mi huida de la Muerte, vieja fétida. Y mis palabras, aunque delgadas y pobres, son mis manos que se estiran para tocarte. Y nada más.





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