Cuando caminábamos por las iglesias

A mis hijos
grandes pequeños compañeros de la vida.

Cuando caminábamos
por las  iglesias enanas
de techos de tejuelas
yo arrastrando  
mi genuino dolor
y sus manitos 
con miedo al abandono
cuando nos sentábamos
en los verdes bancos de la plaza
o nos acostábamos
en ese pasto amarillo
lleno de minúsculas florecitas
cuando eramos trinidad
y un sólo cuerpo solidario
forjamos
nuestra pequeña familia
en viaje a la estrella prometida
forjamos nuestra  humilde alianza
nuestro amor eterno e indestructible
y el compromiso de caminar
como fuera
cuesta arriba
en la verdad 
de mis errores e ideales
o encantados 
desde la fuerza de la búsqueda 
de ustedes
y asi día a día fuimos
como lobitos buenos
o piratas honrados
dando nuestros pasos
de gigantes
en el mundo al revés
y en la alegría de la vida...





Entradas populares