No proviene mi fé

No proviene mi fé
de preciosos altares
de cristos muertos
de funcionarios
de un dios estático
rodeado de joyas y vitrales.
No proviene mi ira
de la negación al diferente
ni a aquel que descree
de la comunión de los hermanos.
Insufla la ira mi cerebro
cuando los mercaderes
del templo en búsqueda ostentosa
y con cantos de sirena y rojas bocas
trocan el amor por tintineos.
Cuál es mi fé señor
no sólo en ti
no sólo en ti...

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