De raíz hecha roca

Fesal Chain

De raíz hecha roca
se hunde mi corazón
como flecha de fuego
en la materia más cruel
y antojadiza,
soy el poeta de la carne
y la voluntad duradera,
y ningún idiota
ni propagandista
me hará creer aquello
que no se realiza,
aquello que se esconde
con la vergüenza y la culpa
del niño rico que roba
en la cartera de la madre,
bufones
de la caridad sionista y católica
bailarines al son de egolatrías
mamarrachos descerebrados,
individualistas,
llorones,
víctimas de su errante
marcha de piernas
como hilachas de baba,
esconden su criminal
razonamiento,
sus errores
que son horrores
cuando bajo el mar
de tempestades milenarias
se hunden las mujeres,
los niños,
los ancianos,
los hombres de la patria
abandonada
en la desidia
habitual de los mediocres,
en las decisiones inconsultas
en las ordenes que trastabillan
en sus lenguas pastosas,
izquierdistas de oropel
llenándose la boca con el pueblo
el mismo al que hunden
en las entrañas de la tierra,
socialdemócratas y palabreros
malabaristas
del lenguaje y de la imagen,
lumpen gobiernistas
y lumpen empresarios
que ahorran en fierros
y cemento,
lumpen comerciantes
haciendo negociados
con el hambre
de los sobrevivientes
en harapos,
lumpen navegantes
de fragatas hermoseadas
con el trabajo del que naufraga,
todos lumpen saqueadores
del alma de Chile,
todos teletonescos
y burlones
moviendo las caderas
frente a las cámaras
lujosas de rostros y de drogas,
juntando las monedas
que han succionado antes
y durante toda la historia
de esta franja,
lavándose las manos
con la sangre de los hijos
de Chile,
débiles e infectos
sin nervadura ni coraje,
a todos ustedes hijos de puta
y que las putas me perdonen,
les digo aquí
parado en la vereda de mi barrio
como un Rodrigo Díaz de Vivar
de los andrajos,
que sigo siendo y seré
aunque no lo quieran,
aunque lo nieguen
una y otra vez y para siempre,
el mayor poeta de la Patria Nueva
que se alza,
como se levantó Lázaro y Josafat
el de Judea,
y el mayor poeta viento
de un país
que se enarbola
en la mierda de dominadores
y sirvientes,
y por siempre
aún muerto y hecho tierra,
de raíz hecha roca
se hundirá una y otra vez
mi corazón
como flecha de fuego,
en la materia más cruel
y antojadiza,
y seré la boca y el verbo
de aquellos que barren
sus escombros y cornisas,
porque lo he perdido todo
como lo ha perdido
el pueblo pobre,
el pueblo que trabaja
y se deshace,
en la lenta agonía
que es su vida.



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