Hombre

Fesal Chain

En el país
camina el gran niño-hombre chileno
buscando su dulce, su permiso
su castigo por su culpa, su culpa
su gran culpa
arrastrándose
con aquella íntima emoción
castradora y pútrida
de rodillas en su mínima alma,
pero hay algunos pocos
al decir de un tal Ernest Miller
que alcanzan su mayoría de edad
que es algo muy distinto
a cumplir dieciocho años
o perder la virginidad,
hombres a los cuales
se les aparece en un instante
lo más importante en un hombre
lo que los hace enormemente hombres
y que las mujeres notan como un fulgor,
se les va el nervioso temblor
el histérico temor del obeso niño-de-mamá
como si se lo hubiesen extirpado de una vez
como se opera un odioso tumor,
y entonces gritan desde lo alto de una colina
o desde el horizonte marítimo
bajo el velamen y la bandera flameando
¡Adiós maldito miedo!


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