Desde Inva Mula-Tchako

Ahora miro
la tarde
como cae
en su ensueño
en su penumbra,
una niña
rodea con su brazo
la cintura del amante
y la vieja enferma
semi dormida
paga su pan
toma la bolsa de pan,
de papel rugoso
que acompañará
su soledad y su pobreza
en la pieza de la lámpara amarilla,
y en tanto yo escucho a la albanesa
Inva Mula-Tchako
cantando el aria
de Lucia di Lammermoor
mientras la tarde cae
y cae
con su follaje sobre el barrio
anunciando
acaso una explosión
un bombardeo
o un total silencio
sin que nada pase.

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