Golpeando, golpeando con puños sangrantes las puertas del cielo
No, no,
yo no he tocado jamás
ninguna puerta
de ningún cielo
no, no
nunca usé ninguna estrella
pegada a ningún pecho, no, no
y sin embargo si se ha hecho tarde
para mí;
Si, sí
tuve que enterrar armas
para que otros
tuvieran que usarlas
alguna vez
por si las moscas
y ahí quedaron enmohecidas
por la humedad de la tierra
y el paso del tiempo;
Nada, nada ha valido la pena
pues la juventud de hoy
nació vieja
y nosotros los jóvenes de ayer
seguiremos jóvenes
hasta convertirnos en niños
golpeando con puños sangrantes
las puertas del cielo;
Golpeando, golpeando con puños sangrantes
las puertas del cielo.
Golpeando, golpeando con puños sangrantes
las puertas del cielo.
